Enrique Cambranis pide convicción y congruencia al PRI sobre la contrareforma energética

  • El PRI debe mostrar fidelidad a sus convicciones y evitar el rezago histórico del país.
  • La iniciativa propuesta por el Ejecutivo Federal es regresiva, atenta contra el medio ambiente, la salud y la competitividad de México.

Ciudad de México.- “Como panista y ciudadano insto al Grupo Parlamentario del PRI frenar las pretensiones del presidente López Obrador, pues son contrarias al sentido de progreso con el que se mueve el mundo”. El legislador reprobó que la bancada tricolor no se haya manifestado contra la propuesta, que de ser aprobada traería afectaciones no sólo en materia económica, sino también en la competitividad y salud de los mexicanos del presente y del futuro”.

Sobre la reforma, calificó como insano que se pretenda que la Comisión Federal de Electricidad maneje el sector sin organismos reguladores. “No es correcto ser juez y parte en ningún ámbito de la esfera pública. Es preocupante la desaparición de la regulación y sospechoso que El Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), que funge como regulador del despacho, se pretenda quedar como parte de la propia compañía, esto simplemente abona a la corrupción, a la discrecionalidad en la determinación de precios, la opacidad en el otorgamiento de contratos y atenta contra el libre mercado”, dijo.

Cambranis Torres conminó a valorar las limitantes que la iniciativa propone en materia de producción de energías limpias. Pues contempla la cancelación de los conocidos Certificados de Energías Limpias. “Esperamos que el Congreso Federal rechace incumplir los tratados internacionales de los que el país forma parte, como el Acuerdo de París para detener el cambio climático, entre otros. Pues esto que traería sanciones, desprestigio y desconfianza internacional. Además, permitiría la continuidad de operación de plantas obsoletas y el uso de agentes contaminantes como el carbón, el diesel y el combustolio.

El legislador alertó que de ser aprobada la propuesta, alrededor de 81.000 millones de dólares se reflejarían como pérdida del sector, lo que imposibilitaría a las empresas privadas y organizaciones a reponerse, por lo que México produciría energía más cara y más contaminante. “La poca racionalidad con la que se pretende frenar el uso de energías limpias y acabar con el sector privado nos rezaga décadas y muestra a un gobierno al que no le importa la calidad de vida de la sociedad y actúa desde un revanchismo político estéril y egoísta”, concluyó.

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